lunes, 3 de septiembre de 2012

¿Callado ante la destrucción? NO

Un mes si publicar nada, un mes viendo como, no solo la región leonesa, sino todo un estado democrático se desmorona.

Un mes sin publicar, no quiere decir que esté callado ante esta destrucción, sino que ante tal estado de desmoronamiento de los más básicos principios de la humanidad, no hay tiempo para escribir muchas lineas mientras se recopila tanta información, mientras se lucha en tantos frentes por mantener un estado de dignidad sostenible.

Dando un repaso de mayor a menor por extensión, que no por importancia, vemos un mundo inmerso en una guerra financiera, que a falta de balas usa dolares, euros u otras monedas de cambio. Una guerra que se está tomando muchas más victimas que otras guerras convencionales. Victimas no es todos los casos mortales físicamente, pero si moralmente, que para el caso es como estar muertos.
Una guerra que a pesar de los intentos de los pueblos por denunciar e intentar cambiar los abusos de los grandes sistemas económicos, que en este caso los grandes sistemas bancarios o entidades especulativas, además de las grandes empresas multinacionales que en vez de vender productos tangibles, se dedican a especular sin dinero real. Una especulación que llega hasta atentar contra los principios más básicos de la dignidad humana cuando se trafica con los productos más básicos, como la comida e incluso el agua.

Siguiendo la listas nos situamos en Europa, o mejor dicho en la Unión Europea. Una UE que ha dejado de ser ese gran proyecto económico común, y se ha dividido en dos frentes. Uno el rico, sobre todo el norte de Europa y comandado por Alemania, y otro el pobre, que tiene a Grecia como su gran victima, pero al que se suman otros países meditarraneos e Irlanda. Una Europa pobre que está hipotecada y debe pagar sus deudas obligatoriamente, aunque hayan sido adquiridas de forma muy irregular y de dudosa legalidad. Una Europa pobre que dice estar obligada a hacer recortes sociales para pagar esa deuda, con el consiguente empobrecimiento y ruina se sus ciudadanos en favor de unos sistemas corruptos que lejos de pagar sus errores se siguen enriqueciendo.

Le toca el turno a España. Una España que tras una traición a sus ideales por parte del anterior gobierno, sea forzado o no, se ha encontrado con un Partido Popular que mintió a todos los ciudadanos solo por conseguir el poder. Y una vez conseguido se ha dedicado a seguir el plan del anterior gobierno, aunque hubiese dicho que nunca seguiría esa línea. Un plan que sigue las ordenes de eso que llaman los mercados, pero que no es más que las directrices de los especuladores que no tienen ningún reparo en arruinar países, y sobre todo familias, con tal de seguir llenando sus bolsillos. Es por ello que el nuevo gobierno sigue siendo tan traidor y antipatriotico como el anterior, que no le importa arruinar a todo el estado español con tal que las grandes multinacionales especuladoras saquen su tajada, de forma que una vez terminado el mandato pueda tener su premio. Es decir, juegan con los ciudadanos con el único objetivo de conseguir una buena jubilación, aunque para ello tenga que dejar sin educación, servicios médicos, vivienda u otros servicios primarios a miles de ciudadanos.

Y llegando a la Región Leonesa, seguimos como siempre, pero en vez de cuesta abajo, ahora en picado.
Los recortes del nuevo gobierno disparan directamente a buena parte del pasado, presente y futuro leonés.
El centenario, y de comprobada eficacia, sistema de gobierno histórico leonés a base de Juntas vecinales, ve en peligro su futuro para satisfacer unas medidas populistas sin fundamentos que pretenden reducir el numero de políticos y el gasto que dichas entidades menores supone. La verdad es que esas entidades menores impiden el control total de los bienes comunales, precisamente por eso, ser comunales y administradas por la decisión popular y democrática de todos los vecinos.
Además de este atentado, no se puede obviar el principio del fin de la minería en la región leonesa. Bajo la excusa de la austeridad, el gobierno recorta unas subvenciones al sector minero, mientras se las regala a las multinacionales eléctricas, que lejos de usar el mineral autóctono, se dedica a quemar el que los especuladores como Goldman Sach introducen en la península. A nadie se le escapa que le Ministro de Economía ha sido imagen de Goldman Sach en España, que cada uno saque sus conclusiones. Eso si, los que son tratados como terroristas son los mineros que luchas por sus derechos, en vez de los especuladores que atentan contra todas las comarcas mineras.

Y si fuera poco, las llamas se ceban con los montes y prados leoneses, hasta tal punto que más de un 60% de los incendios producidos en el engendro autonómico que nos toca aguantar, se han producido en tierras leonesas. Unos incendios que vuelven a ser protagonistas de los recortes, que han dejado sin limpiar los montes y cortafuegos, que han reducido las plantillas y materiales de los efectivos contraincendios, y que en vez de dejar actuar a los profesionales ha servido para que los culpables de estos recortes se hagan la foto de rigor sin ninguna vergüenza por su mala gestión.
También se puede hablar de la supresión de lineas férreas, que dejan a Salamanca como un destino de cercanías, o a Ponferrada sin lineas de mercancías. O la negación de inversión en carreteras, con la excusa de la espera de fondos MINER para ello; es decir, que en vez de usar esos fondos para la reconversión de las cuencas lo usan para asfaltar carreteras, entonces ¿donde está el dinero que debería de dedicarse a ese asfaltado?¿quien se lo está llevando?
Por supuesto no se puede obviar el campo. Un campo que sigue sufriendo la falta de un agua que es desviada a Castilla. Unos ganaderos y agricultores leoneses que siguen viendo como sus campos se secan o sus granjas se vacían por falta de apoyo institucional. Eso sin contar de los chantajes de una administración que obliga a muchos productores a agachar las orejas ante las amenazas de cortar las subvenciones, o las presiones para trasladar la producción a otros sitios.
Y unas empresas que tienen todo tipo de dificultades para implantarse en tierras leonesas. Dificultades administrativas por parte ya no solo de una Junta autonómica centralista, sino de un gobierno revanchista, que han decido que la Región Leonesa desaparezca y no tenga ningún futuro. Por supuesto no es plan de enumerar ni ahondar en las amenazas y chantajes a empresarios e inversores, no vaya a ser que paguen justos por pecadores, pero esas amenazas y chantajes existen.

Y podría seguir, y seguir, y seguir, sin parar. La guerra es total, y somos los ciudadanos de a pié, los que sacamos adelante la economía, tanto local, como mundial, con nuestro trabajo, los que sufrimos las consecuencias de unos gobernantes que hablan mucho de democracia y derechos humanos, pero que se pliegan a la dictadura y falta de escrúpulos de los especuladores.
¿Callado ante la destrucción? NO. Más bien asimilando como aún existen ciudadanos que no han estallado ante tantas barbaridades.
Y sobre todo preguntando ¿como es que aún hay alguien que mira hacia otro lado?
Algunos quizá lo hayan dado todo por perdido, claras victimas de esta guerra especulativa. Pero a parte de estas victimas, nadie puede decir que no se ha enterado de esta guerra, por lo que aquellos que miran hacia otro lado claramente son parte del sistema especulativo corrupto que hay que derrocar para que la dignidad vuelva a ser la gobernante de la humanidad.